Philip Renner, junto a otros líderes como Steven Marchman, Denis Obyedkov y Roman Imangaliev, se unió en una misión para abordar la zona más afectada por las drogas en Estados Unidos. A pesar de los desafíos, la misión fue exitosa. Denis recordó que al llegar, la camioneta del equipo fue apedreada por narcotraficantes y estuvieron a punto de pelear.
“Tan pronto como llegamos, nuestra camioneta fue apedreada por narcotraficantes. Nos empezaron a tirar piedras de cemento, sacaron un arma de su mochila y casi empezó una pelea; casi todo se salió de control”, relató Denis.
Con valentía y fe en Dios, continuaron con su objetivo y predicaron el evangelio, logrando que muchas personas aceptaran a Jesús como su salvador.
“Continuamos con nuestra misión con fe, valentía y autoridad de Dios. Tuvimos tanta gracia en esa área que muchas personas recibieron a Jesús como su Señor y Salvador”, testificó Denis.
Denis describió la región como un lugar lleno de violencia, desesperación y adicciones devastadoras que han dejado a las personas como «zombis».
“La gente se hacía daño, se peleaba y se robaba unos a otros. Estaban rogando ayuda, buscando esperanza. Drogas como el crack, la metanfetamina, la heroína y el fentanilo han destruido la vida de estas personas al punto que parecen zombis caminando por las calles de esta ciudad con sus cuerpos descompuestos y retorcidos”, dijo.
En su testimonio, afirmó que el Señor lo envió a compartir el Evangelio en esa zona y que él también había sido rescatado por Dios en el pasado.
“Gratuitamente recibí, gratuitamente doy. En 2018, Dios me sacó del abismo del infierno y quiere lo mismo para estas preciosas almas. Sigamos ganando para Jesús a los perdidos. Saqueemos el infierno y poblemos el cielo”, declaró.
Philip informó que predicaron en cinco zonas dominadas por el narcotráfico, siendo Kensington la más peligrosa que han enfrentado. Según él, todos los presentes aceptaron a Jesucristo y destacó la importancia de seguir predicando para rescatar a más personas y construir una nación sobre los principios del Evangelio.
“El diablo está detrás de esta generación. Quiere matarlos. El potencial de estos jóvenes es muy poderoso. Les recordamos esto y vimos a 106 recibir la salvación. Jesús es el Señor de Kensington”, añadió.
“La cosecha está madura. Continuamos saliendo y predicando. La gente dio su vida para que Estados Unidos pudiera ser libre y que Estados Unidos se construyera sobre los principios del Evangelio”, concluyó.