Han sido conversaciones incipientes e informales, pero en distintos partidos reconocen que hay ánimo de buscar acuerdos para impulsar reformas constitucionales que cambien el sistema político.
Con el fracaso del “A favor” en la propuesta de nueva Constitución del pasado plebiscito, en Chile Vamos lamentaron que no quedaran establecidas algunas normas que buscaban combatir la fragmentación política en el Congreso.
Ello lo grafican, por ejemplo, con el artículo de la propuesta del Consejo que establecía que las colectividades que quieran participar de la distribución de escaños luego de una elección parlamentaria deberán conseguir al menos el 5% de los votos obtenidos a nivel nacional. Así, varios creían que si esa iniciativa no se impulsaba a través del cambio constitucional, en el Parlamento era casi imposible debido a que a varias colectividades les perjudica de manera directa.
Pese a eso, ahora son varios los parlamentarios que apuestan a buscar entendimientos e impulsar una reforma constitucional en el sistema político. En la bancada de la UDI tomaron la batuta y los diputados Felipe Donoso, Flor Weisse y Juan Antonio Coloma anunciaron una iniciativa en esa línea, según publicó El Mercurio. Sin embargo, en ese comité reconocen que lo hicieron como una medida de presión y que todavía no ha habido un apoyo más formal de la directiva. De todas formas, este tipo de iniciativas son vistas con buenos ojos incluso por algunos de los parlamentarios del Socialismo Democrático.
En la derecha también les interesan las normas que quitan el escaño a los parlamentarios que hayan renunciado a sus partidos una vez electos, y también aquella que reduce el número de legisladores dentro del Congreso Nacional.
El diputado UDI Juan Antonio Coloma dijo que “el gobierno debe entender que la fragmentación de partidos políticos junto con la falta de crecimiento han sido las causas basales del deterioro de la política. Este tema no lo puede eludir el Presidente Boric. Si quiere dejar alguna huella de su mandato, es precisamente entregarle gobernabilidad a los futuros gobiernos sean del signo que sean. Si no lo hace, es porque está capturado por minipartidos a los cuales les debe protección para no perder votaciones en el Parlamento”.
De todas maneras, el tema también divide al sector, pues algunos creen que no son las prioridades de la gente los cambios al sistema político, y que cualquier modificación a la Carta Magna puede ser interpretado como un “tercer proceso” constituyente, lo que generaría resistencia en la ciudadanía, que rechazó dos veces cambiar la Constitución vigente.
El jefe de bancada de los diputados RN, Frank Sauerbaum, indicó que “no tenemos ánimo de hacerlo ahora, hay que hacerlo en algún minuto, pero las prioridades de la gente son otras. No es el momento adecuado. Nos tenemos que hacer cargo urgente de delincuencia y migraciones”.
En Evópoli, por otro lado, señalan como “un punto de partida” lo que propuso la Comisión Experta del proceso constitucional en esta materia. “Si hubo un acuerdo transversal, partamos de esa base”, señalan fuentes de la colectividad.
En republicanos la situación es similar. Desde el partido fundado por José Antonio Kast, aseguran que no han existido conversaciones formales ni incipientes sobre el tema, aunque reconocen que hay interés en el mundo parlamentario en avanzar en un rediseño del sistema político.
“Nuestro foco son la seguridad, pensiones, salud, por lo tanto, avanzar en sistema político debe ser un trabajo de joyería, con mucho más cuidado para cómo avanzar. Sí hay interés dentro del mundo parlamentario porque cuesta mucho gobernar con esta fragmentación”, sostuvo el jefe de bancada de los diputados republicanos, Agustín Romero.
La apertura del gobierno y la resistencia de los “partidos callampa”
“No se descarta, pero no es nuestra prioridad”. Si bien existió un consenso en no tocar la Constitución pasado el plebiscito del 17 de diciembre, lo cierto es que la reforma al sistema político pasó a ser motivo de discusión y llevó a la ministra vocera de gobierno, Camila Vallejo, a responder al respecto.
“Nuestra hoja de ruta es subir las pensiones de nuestros jubilados y jubiladas, seguir avanzando en seguridad pública, tener un pacto fiscal (…). Está bien abrir la discusión sobre reformas políticas, pero las prioridades y las urgencias ciudadanas debiesen ser lo que más tiempo nos ocupe”, indicó la ministra desde La Moneda.
Sus dichos refuerzan lo que indicó este fin de semana el titular de la Segpres, Álvaro Elizalde, quien dijo a El País que “necesitamos un sistema político que evite la atomización y que dé respuesta oportuna a las demandas de la ciudadanía. Por lo tanto, no descarto una reforma al sistema político, pero, reitero, la prioridad del gobierno son las reformas sociales”.
De esta manera, los ministros del comité político del Presidente Gabriel Boric abordaron uno de los temas que tensó el debate del Consejo Constitucional. La propuesta del 5% de los votos para tener escaños en el Parlamento preocupó a las colectividades con menor representación en el Congreso, tildadas por el excomisionado Teodoro Ribera (RN) como los “partidos callampa”. Esto, debido a que hizo alusión a que se constituyen rápidamente y sin muchas dificultades.
La apertura del Ejecutivo generó la resistencia de los líderes de los partidos que podrían desaparecer si llegara a aprobarse. Desde este grupo de colectividades aseguran que el mejor escenario para avanzar en este apartado es mediante la implementación de una ley que permita a las tiendas de menor tamaño formar una federación.
Al respecto, el presidente del Partido Radical, Leonardo Cubillos, comentó que “el momento político y el mensaje que dejó la ciudadanía con motivo del plebiscito es claro y preciso. Rechazó no solo la Constitución elaborada por la derecha, sino que dentro de ella, lo que se refiere a las modificaciones del sistema político. Si algunos siguen enamorados, tanto en la derecha como en el gobierno de insistir en aquello, creo que ello es lo que tiene desconectado con la ciudadanía con los políticos”.
“Aprovechemos el tiempo y no usemos las modificaciones al sistema político como monedita de cambio para avanzar en lo que la gente necesita. Si seguimos insistiendo en ese camino, lo único fragmentado serán los políticos con la ciudadanía”, añadió el líder radical.
Otro que descartó de plano la conversación sobre reformar el sistema político fue el timonel del Partido Liberal, Juan Carlos Urzúa, quien manifestó que “para mí no es tema. Si esto se va a tomar la agenda seguiremos alejados de lo que les preocupa a las personas”.
El diputado Jaime Mulet, quien se hace cargo del tema en los Regionalistas Verdes, reconoció que existe un problema relativo a la fragmentación. “Muchos actores políticos generan, obviamente, mayores dificultades para gobernar”, afirmó.
Eso sí, el parlamentario explicó que “la fragmentación no pasa sólo por disminuir el número de partidos, pasa también por fortalecer los comités parlamentarios”. En ese sentido, destacó que “en eso hemos trabajado. Tenemos un proyecto de ley que está presentado en la Cámara de Diputados desde hace seis meses. Estamos esperando que el gobierno le coloque urgencia para abrir esta discusión”.
En todo caso, en relación al contexto en que se da esta discusión, Mulet señaló que “lo curioso de todo esto es que acabamos de cerrar dos procesos de reformas constitucionales donde el sistema político es su corazón y, obviamente, no hubo acuerdo”.
El tema, sin embargo, aún no ha sido punto de conversación en reuniones multilaterales. Este martes los partidos oficialistas no se reunieron ni tampoco hubo comité político ampliado. Además, en la cita que sostuvieron en la mañana los 10 secretarios generales de los partidos del oficialismo solo hubo espacio para planificar los dos próximos encuentros importantes del sector: el cónclave del 9 de enero organizado por el Ejecutivo y el del 11 de enero que están convocando las colectividades de gobierno.
Incluso, al final de la cita, hubo un espacio de distensión, en el que los secretarios generales entregaron sus regalos del amigo secreto navideño. Así, algunos recibieron libros, chocolates, libretas o un lápiz personificado con el nombre grabado, como ocurrió con el socialista Camilo Escalona.