Pedro Cateriano es un reconocido abogado constitucionalista y político peruano. Su experiencia tanto como diputado y primer ministro durante los gobiernos de Ollanta Humala (abril de 2015 a julio de 2016) y también de Martín Vizcarra (julio y agosto de 2020) lo ha convertido en un agudo observador de la política local. En conversación con La Tercera, analizó el primer año de gobierno de Dina Boluarte (que se cumple el próximo jueves) y la crisis en el Ministerio Público, luego que se diera a conocer una trama de tráfico de influencias que supuestamente lideraría la fiscal nacional, Patricia Benavides.
¿Cómo evalúa este primer año de Dina Boluarte?
Creo que en términos generales, es un mal año el que hemos tenido. Primero, inició su gobierno en medio de una convulsión, accedió constitucionalmente. En la región sur del país ocurrió una convulsión social que lamentablemente trajo como resultado 49 muertos, algo injustificable en democracia. Y creo que a partir de ese momento se agravó sobre todo la estabilidad del país. Lo que hemos percibido es ineptitud en el manejo de la cosa pública, de la gestión. Es una presidenta sin ninguna experiencia de gobierno, totalmente improvisada. Y lo que estamos viviendo es un período de anomalía constitucional. Es una presidenta que carece de representación parlamentaria en el Congreso, incumple con sus compromisos. No hay que olvidar que ella se comprometió a adelantar las elecciones generales para salir de esta crítica situación política. Pero lamentablemente tampoco el Parlamento ayudó. Si bien inicialmente aprobó una reforma constitucional para adelantar las elecciones generales, luego los intereses políticos, económicos y partidarios han bloqueado esa iniciativa. Si a eso le sumamos los escándalos de corrupción, eso ha traído como consecuencia un descrédito. Y creo que aquí son corresponsables tanto el Gobierno como el Parlamento. Yo creo que el Perú está viviendo la etapa más inestable de nuestra historia republicana. Nunca hemos tenido esta cantidad de presidentes y alta rotación de ministros. Eso hace ingobernable el país.
¿Por qué ha logrado mantenerse en el cargo en comparación a otros mandatarios peruanos?
Porque la mayor parte de las agrupaciones políticas están privilegiando sus intereses personales, económicos y partidarios. Por ejemplo, todo el sector de la izquierda que llegó con Perú Libre se ha dividido en cuatro o cinco facciones. Y de ese grupo, la gran mayoría eran maestros que ganaban 2.000 o 3.000 soles mensuales (US$ 535 – US$ 800) hoy día están sacando 25.000 soles mensuales (US$ 6.670). Entonces esos parlamentarios de izquierda que decían defender los intereses populares, lo que defienden son sus billeteras y, en un contexto en el que los líderes de los partidos que tienen representación en el Congreso están sometidos a investigaciones fiscales y judiciales, la manera que tienen de protegerse es manteniendo ese poder en el Parlamento. Entonces, por el momento les conviene tener a una presidenta controlada, débil, en lugar de tener un presidente que enfrente al Parlamento.
Esta semana estalló un escándalo en el Ministerio Público. ¿Cómo cree que esto va a influir en la desconfianza en esta institución de parte de los peruanos?
La lucha interior en el Ministerio Público ya viene desde hace algunos años y se inició fundamentalmente cuando cae Pedro Chávarry, el exfiscal de la Nación que estuvo comprometido en el caso llamado Los Cuellos Blancos en el Callao (caso de corrupción que involucró a miembros del Poder Judicial y del Ministerio Público). Y a partir de ese momento no ha habido estabilidad. La fiscal Benavides fue clave para que el golpista y corrupto Pedro Castillo responda ante la justicia luego de su efímero golpe de Estado. Pero ahora estas graves imputaciones naturalmente obligan a que se investiguen. Además, la fiscal que estaba investigando a Benavides y la que dispuso el allanamiento, Benavides la sacó del cargo, lo que ha agravado la crisis y ha sido motivo para que la Junta Nacional de Justicia, que es el órgano de acuerdo a la Constitución peruana que controla las funciones de los jueces y fiscales en el Perú, le inicie un proceso de investigación.
¿Qué perspectivas le ve a esta crisis?
La situación se ha agravado porque tenemos un Parlamento que no genera confianza. Que además interviene políticamente, violando el orden constitucional. El Parlamento, por ejemplo, inhabilitó políticamente al anterior fiscal de la Nación, que era la fiscal suprema, Zoraida Ávalos, y ahí también se produjo una crisis. Entonces no es una situación de fácil solución. Creo que la única salida política y democrática a esto sería el adelanto de las elecciones generales, porque hemos llegado a un momento en donde el conflicto entre los poderes del Estado es permanente. La democracia se sustenta por el equilibrio entre los poderes del Estado, no por la confrontación permanente, que es lo que está pasando en el país. Se advirtió en todos los tonos que forzar inconstitucionalmente la caída de Pedro Pablo Kuczynski, malinterpretando la Constitución por el mal uso de la vacancia por incapacidad moral permanente, era abrir la vía a la anarquía política. Y eso es lo que ha ocurrido. Lamentablemente en el Perú, por ejemplo, no tenemos un mecanismo como el ecuatoriano de la llamada muerte cruzada. La otra cosa delicada que antes se decía era que el conflicto político no afectaba la situación económica. Ahora esta permanente confrontación política ha llevado al país a una recesión económica. Esto sumado a la ineptitud de la izquierda en el poder, la demagogia, la forma en que ha estado administrando tanto Castillo como Boluarte. No adelantar las elecciones generales va a implicar embalsar los problemas y dejárselos al siguiente gobierno. Yo creo que dos años más no va a aguantar el país así.