Según la OMS, Chile es el séptimo país que más alimentos ultraprocesados consume en el mundo. La mayoría de las personas consume estos alimentos sin darse cuenta, ya que muchos incluso se presentan como opciones saludables, tales como barritas de proteína o cereales para el desayuno.
Las propiedades de estos alimentos hacen que sean altamente dañiños para la salud, debido a que se tratan de formulaciones industriales creadas en base a alimentos. El nutricionista Samuel Durán explica que “son inventos de la ciencia, según algunas definiciones, y de la tecnología alimentaria moderna. La mayoría de ellos tienen pocos alimentos enteros o ninguno”.
La oferta de productos ultraprocesados en los supermercados es mucho mayor que los orgánicos, y se ha instalado en Chile a partir de los años 80, explica Durán. A pesar de que la oferta de alimentos orgánicos se encuentra en aumento en los últimos años, “están pensados para un grupo más elitista, porque son más caros que sus pares procesados”, señala.
En contraparte, los alimentos ultraprocesados son transversales en la alimentación de los chilenos, ya que existen tanto de precios muy económicos como muy altos. Y si bien es difícil identificar cuanto de incidencia tienen estos alimentos en enfermedades como la obesidad, la diabetes o hipertensión, “estos aportan una gran cantidad de calorías, comparado con sus grupos similares”, comenta el nutricionista.
Otros riesgos asociados a los alimentos ultraprocesados es la adicción que pueden generar, ya que se presentan como alternativas de mejor sabor, textura y consistencia que los alimentos naturales. Esto sumado a que suelen requerir menos tiempo de preparación, los vuelve una alternativa útil para las familias chilenas, aunque de menor valor nutricional.
Estas son las 9 formas de identificar los peligrosos alimentos ultraprocesados
1. Que tenga más de 3 ingredientes
Los alimentos ultraprocesados contienen una gran cantidad de ingredientes químicos, que suenan desconocidos a simple vista. Si te gusta el pan, por ejemplo, elige una marca que contenga sólo ingredientes simples, como harina de trigo, harina de cebada, masa madre, sal, nueces o pasas. Muchos panes ultraprocesados contienen azúcar, aceite vegetal, edulcorantes artificiales y múltiples conservantes, emulsionantes y prolongadores de la vida útil.
2. Colorantes, espesantes y conservantes
Ingredientes como la lecticina de soya, goma guar, goma xantana, carragenano, mono y diglicéridos o carboximetilcelulosa, son usados para otorgar una mayor consistencia a los productos ultraprocesados. Esto se utiliza para abaratar los costos de producción en masa, además de colorantes para darles un aspecto atractivo, conservantes para darles una larga vida útil y espesantes, estabilizadores y emulsionantes para mejorar su textura o evitar que sus ingredientes se separen mientras permanecen en los estantes de las tiendas durante semanas o meses.
3. Azúcares y edulcorantes dañiños
No toda el azúcar es mala, los humanos necesitan una cantidad base para tener energía y una dieta balanceada. Sin embargo, el jarabe de maíz, azúcar de caña, jarabe de malta o melasa, son usados en las recetas como azúcares adicionales a los naturales, que no son necesarios.
4. Ingredientes terminados en -osa
La sacarosa, maltosa, dextrosa, fructosa o glucosa también suelen ser azúcares añadidos, para otorgar un mejor sabor al productos. Tanto estos como otros aditivos “hacen que [los alimentos ultraprocesados] sean mucho más apetecibles”, explica Durán.
5. Azúcares artificiales
Los edulcorantes y saborizantes artificiales son otra característica distintiva de los alimentos ultraprocesados. A menudo se añaden azúcar y edulcorantes “para enmascarar el sabor desagradable de los conservantes y otros ingredientes que se añaden”, dijo Nicole Avena, autora del libro Sugarless.
6. Advertencias de salud
Los alimentos con advertencias, tales como los sellos de “alto en”, tienden a concentrar una mayor cantidad de ingredientes en sus recetas. Además, una mayor de nutrientes críticos como el sodio o las calorías pueden llevar a una dieta desbalanceada, que puede guiar a enfermedades como la hipertensión, diabetes u obesidad, explica Durán.
7. Promesas de ‘bajo en azúcar’
Usualmente los fabricantes quitan el azúcar natural, pero a cambio de integrar azúcares artificiales, para mantener el buen sabor y el atractivo del producto.
8. Variedades instantáneas y aromatizadas
De acuerdo a Durán, los alimentos ultraprocesados son atractivos debido a “el olor, como se ven o como suenan, que estimulan el deseo de comer. En general los estudios muestran que cuando a alguien le dan comida ultraprocesada tiende a comer más calorías”, comenta.
9. ¿Podrías hacerlo en tu cocina?
En caso de duda, mira la etiqueta de ingredientes y pregúntate si podrías prepararlo en casa. Los alimentos ultraprocesados contienen aditivos que no se suelen utilizar en las cocinas domésticas. Volviendo al ejemplo del pan, nadie pensaría agregar edulcorantes artificiales a una receta de pan amasado hecho en casa.
Elegir alimentos más naturales, acompañado de una dieta balanceada y ejercicio puede mejorar significativamente los hábitos alimenticios de una persona, y así, su calidad de vida. Durán recomienda no consumir más de un alimento ultraprocesado al día, que “puede ser un vaso de jugo, un yogurt con azúcar, pero sólo uno; y con eso estamos resguardando que nuestra alimentación no se base en alimentos ultraprocesados”, comenta.